NACIONAL: Transporte terrestre compite con “cariñitos” a vuelos de bajo costo

Los números no mienten. Las aerolíneas de bajo costo les están quitando clientes a sus rivales en los cielos y también a los que mueven pasajeros por tierra. Estos últimos, sin embargo, se están sacudiendo y han activado estrategias para recuperar y retener a sus clientes. ¿Cómo lo hacen?

Lo primero para destacar es que volar hoy en el país ha dejado de ser un privilegio reservado a los estratos 4, 5 y 6. Las empresas de “low cost”, como se les conoce en el mundo, les han permitido a muchos colombianos tener su primera experiencia de viajar en avión.

VivaColombia activó el modelo de los vuelos más económicos en 2012. Hoy ya operan en ese segmento cuatro aerolíneas, pues se sumaron Wingo, Air Transat y Latam (esta última rivaliza con tarifas módicas). Así que de cada 100 pasajeros movilizados, 16 ya vuelan con estas empresas.

“En 2013 perdimos el 25% de los pasajeros que teníamos en las rutas que comenzó a operar VivaColombia”, recordó Óscar Echeverri Palacio, gerente de la empresa de transporte terrestre antioqueña Rápido Ochoa, al referirse a destinos como Bogotá, Medellín, Cartagena, Santa Marta y Montería.

El impacto fue significativo, pero no los dejó atónitos. En respuesta activaron más el servicio hacia las poblaciones que hay en sus recorridos, en el entendido de que un avión no puede parar a mitad de camino, mientras que los transportadores terrestres sí pueden tener “buses lecheros”, que van tomando y dejando pasajeros a lo largo del viaje.

De Rápido Ochoa salen a diario para Cartagena cinco buses, con 200 sillas. Normalmente se llena el 60 %, pero el porcentaje crece con los pasajeros que se van subiendo en el recorrido.

La otra acción fue recomponer la flota. Los buses normales, de 42 pasajeros, se comenzaron a mezclar con automotores de 30 y 22 pasajeros.

Y, mientras en las aerolíneas los “cariñitos” se pagan por aparte, con este transportador son gratuitos: entretenimiento a bordo, cargadores para los celulares, internet libre (wifi) y hasta la posibilidad de llevar dos maletas de buen tamaño, sin sobrecostos.

Con las tarifas no han hecho maromas, aunque si el pasajero compra su tiquete por internet o por teléfono con 20 días de anticipación, puede ganar un descuento del 20 %.

De memoria, el ejecutivo señala que un viaje de Medellín a Cartagena cuesta 130.000 pesos. Puede sonar caro frente a tiquetes en oferta de aerolíneas, pero en estos últimos casos hay que sumar el transporte ida y vuelta al aeropuerto de Rionegro o la gasolina, el parqueadero y los peajes, si el desplazamiento al terminal aéreo es en particular.

MODERNIZACIÓN, OTRA CLAVE

Incertidumbre generaron las aerolíneas de bajo costo entre las empresas de transporte terrestre de pasajeros hace cuatro años, según José Román Ibarra, Gerente de Operaciones de Expreso Brasilia.

Para defender el liderazgo de esta compañía en la movilización desde y hacia la región Caribe, la compañía concentró sus esfuerzos “en rutas cortas, ciudades intermedias y en llegar a destinos a los que el transporte aéreo no puede llegar, ofreciendo condiciones similares o mejores que las de un avión”.

También para competir en comodidad con los aviones, adquirieron buses de última generación, Premium Plus, que vienen dotados con pantallas de entrenamiento individuales, wifi, suspensión neumática, sillas reclinables y tomacorrientes.

Román Ibarra marca los contrastes con las aerolíneas de bajo costo: “para citar un ejemplo, un tiquete de Barranquilla a Valledupar y viceversa, en una ruta de lujo como la Premium Plus de Expreso Brasilia, cuesta unos 32 mil pesos, en temporada baja. El cliente recibe un refrigerio gratis y cuenta con espacio suficiente en la bodega para cargar su equipaje. Por esa misma tarifa no se consigue el mismo beneficio en el transporte aéreo por más económico que este sea”.

A lo anterior se agregan inversiones frescas para modernizar la flota. Dice el vocero de Brasilia que recientemente pusieron a rodar 20 buses premium, en los que comprometieron 15.000 millones de pesos.

En cuanto a sus resultados, Román Ibarra comenta que en 2016 “cerca de 4,5 millones de pasajeros se movilizaron con la empresa, mientras que en el 2015 fueron 4 millones de personas. Es decir, existe un incremento y la tendencia sigue, porque en las recientes vacaciones de mitad de año viajaron un 10 % más de personas que en el mismo período de 2016”.

En la búsqueda de mayor competitividad, Brasilia también sigue adelante con sus negocios conexos. Es decir, servicios especiales y corporativos (dirigidos al turismo, ferias y clientes empresariales), carga y mensajería expresa y giros postales.

NO ES ASUNTO SOLO DE PRECIO

“Se puede afirmar que hoy en día las aerolíneas de bajo costo son competencia del transporte terrestre”, advierte Gilberto Salcedo Ribero, presidente de la Asociación del Transporte Aéreo en Colombia (Atac).

A manera de ilustración, comenta que haciendo las compras con un mes de anticipación, se pueden adquirir boletos en avión más baratos, inclusive, que en bus, para ir de Bogotá a Cartagena.

En 2016 se movilizaron en Colombia por vía aérea 35,7 millones de pasajeros, de los cuales 11,8 millones fueron a destinos internacionales y 23,9 millones a domésticos.

Dentro de los viajes nacionales, el tráfico de bajo costo representó el 9 % en 2013 y en 2016 ya estaba en el 16 %. En el caso internacional, el low cost pasó de un 5 % en 2011 al 7 % en 2013 y al 11 % al cierre del año anterior (ver Opciones).

La tendencia es creciente, anota Salcedo Ribero. Y brilla en América Latina, por su expansión, mientras que en Europa y Estados Unidos ya se habla de mercados maduros o consolidados.

El único beneficio no es el precio. También cuenta la productividad y el tiempo de la gente, porque es pasar de un viaje de 14 o 16 horas a uno de 60 minutos.

En esa misma línea, el dirigente gremial expresa que antes no se veían tarifas aéreas de 50.000 pesos entre Bogotá y Medellín, pero ya son cada vez más recurrentes.

En su opinión, tampoco se puede pensar que los vuelos a bajo costo acabarán con el transporte terrestre de pasajeros. Su invitación es a que se tenga una visión integral del turismo, para complementar estos modos de transporte.

Si en Antioquia hay buena oferta de municipios con valores patrimoniales, ¿por qué no hacer Bogotá-Rionegro en avión y desde este último destino llevar a la gente hacia Santa Fe de Antioquia en transportes especiales? La idea, pues, es un modelo más colaborativo que competitivo, según Atac.

Con todo, son los pasajeros, aéreos y terrestres, quienes se benefician con los cambios recientes en el sector .

Fuente: El Colombiano

Imagen: Archivo El Colombiano

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