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INVERSIONES: ¿Por qué nadie quiere terminar el túnel de La Línea?

Las razones por las que al día de hoy ningún constructor colombiano ni extranjero se le mide a terminar el 12 por ciento del túnel de La Línea son, básicamente, tres: tiempo, recursos y licencia ambiental. Así se lo reveló a El COLOMBIANO el director general de Invías, Carlos García, quien explicó que el Instituto asumirá algunos de los riesgos con el fin que la nueva licitación se pueda adjudicar el 4 de julio.

No es tan claro si al presidente Juan Manuel Santos le corresponderá realizar el primer viaje por la obra, ya que el cronograma está bastante ajustado. Desde la veeduría de la misma (ver opinión) argumentaron que debido a los plazos este Gobierno no alcanzará a entregarlo.

El Invías inició este nuevo proceso de contratación en diciembre de 2016, debido a que liquidó el contrato al anterior constructor, Carlos Collins, tras una serie de incumplimientos. El Túnel de la Línea se empezó a construir en diciembre de 2008.

¿Por qué se declaró desierta la licitación?

“Sí, desafortunadamente eso pasó. Nadie participó. Nosotros esperábamos, al menos, 5 o 6 proponentes en razón de las visitas que se hicieron en el sitio. El paso siguiente, una vez se declaró desierta, fue llamar a las firmas y preguntarles qué había pasado, como por ejemplo, Conconcreto, Sacyr, Hidalgo e Hidalgo, Estyma y KMC, entre otros. Nos reunirnos con ellos para entender cuáles fueron las razones por las cuales no se presentaron”.

¿CUÁLES FUERON LAS RAZONES?

“Lo primero es que ellos consideran que es un plazo muy corto. Nosotros establecimos la entrega de la obra para julio 31 de 2018 y nos parece que es prudencial. Quiero explicar que tenemos una restricción debido a que las autorizaciones de vigencias futuras por parte de Hacienda van hasta agosto de 2018 cuando termina el periodo del presidente Juan Manuel Santos. Entonces, adelantar un trámite de vigencias que vaya más allá implica, necesariamente, un Conpes, es decir, un trámite mucho más largo. Las razones que ellos nos dan frente al tiempo es que es muy preciso y cualquier demora, por ejemplo, el trámite de las zonas de depósito, no les va a permitir cumplir con el tiempo que establecimos de 12 meses. O también, cualquier revisión que se haga de los estudios y diseños puede mover los plazos y nos dijeron que no podían asumir ese riesgo”.

Entonces, ¿qué hará?

“En este nuevo proceso licitatorio mantenemos el plazo de 12 meses, pero asumimos, a través del Invías, el riesgo del tiempo, es decir, que si por alguna razón las autorizaciones ambientales se demoran eso estará ajeno al contratista y, por consiguiente, nosotros estaríamos dispuestos a darle una prórroga al contrato. Igualmente, si hay alguna situación frente al diseño o algún tipo de obra que se tenga que hacer diferente a la que está establecido. Como por ejemplo, la falla de La Soledad puede tener un requerimiento y habrá que hacerlo de manera distinta al tratamiento que se tiene en el contrato. Entonces, cualquier situación excepcional la vamos a asumir”.

¿Eso a usted no le genera incertidumbre?

“No. Debo decirle que ya estamos trabajando en las autorizaciones para evitar los retrasos que desde ya se plantean, pero, insisto, en la matriz de riesgo asumimos ese tiempo a favor del contratista”.

¿Qué otras cosas les preocupan a los interesados?

“La licencia ambiental. Ellos nos dicen que hay unas actividades que realizó el contratista anterior y que eso les genera temor. ¿Qué hicimos nosotros? La licencia ambiental del túnel de La Línea y de todas las obras del cruce de la Cordillera Central están a nombre del Invías y cada vez que hay una licitación se le cede parcialmente la licencia al contratista de turno. Esta vez lo que vamos a hacer para eliminar cualquier tipo de riesgo es que el Invías no va a ceder la licencia, de tal manera que si hay algún tipo de problema con la autoridad ambiental pues recaiga en Invías”.

Hasta ahí van dos riesgos que ustedes están asumiendo: el del tiempo y el ambiental. ¿No es un salto al vacío?

“No, estamos tranquilos. Ahora, tenemos que tener completamente claro que este es un proyecto atípico. Hay algunos puntos en los que estamos rompiendo la regla de los pliegos tipo del Instituto. Solo porque hubo una declaratoria desierta flexibilizamos en términos de la ley”.

¿En qué otra cosa cedieron?

“Nos dijeron los contratistas que habían ido a los bancos y estos, por lo mediático de este proyecto, no estuvieron dispuestos a darles los créditos. Es de aclarar que los interesados deben buscar un recurso inicial porque este contrato no tiene anticipo. Entonces, deben recurrir a un crédito de unos 30.000 millones de pesos para instalarse y para unos gastos iniciales para la adquisición de maquinaria. Nosotros hemos tenido una política de no pagar anticipos, pero la ley permite hasta el 50%”.

¿Cómo lo va a resolver?

“Vamos a autorizar un anticipo del 10 %, que son 22.000 millones de pesos. El cambio en la regla corresponde a que hubo una declaratoria desierta y además este es un caso excepcional, todo esto está dentro de la ley”.

¿Y por qué no ponen de una vez los 18 meses y no los 12 meses y se evitan esto?

“La gente está tratando de interpretar que el Gobierno es testarudo y quiere a toda costa que el proyecto se entregue en este gobierno, claro, nosotros también lo quisiéramos, pero sabemos que puede que no sea así. Y no es que estemos limitando el tiempo porque no queremos que se pase, sino que tenemos una limitación en términos de las vigencias futuras. Además, el proyecto no puede ser eterno. Nosotros estimamos que el túnel principal necesite obras que tardarán cerca de seis meses”.

¿La fecha de entrega es diciembre 2018?

“Espero que el año entrante esa obra este funcionando, tenemos esa esperanza. Ahora, yo estoy confiado, pero realmente no sabemos qué va a pasar el próximo 6 de junio cuando tengamos el listado de oferentes, por eso yo les pedí a los contratistas que si no se iban a presentar que me lo digan de una vez para que no tengamos que esperar a junio para tener una nueva frustración”.

¿Qué les dice a los contratistas para que participen?

“Yo quisiera que al menos cinco contratistas se presentaran, queremos pluralidad. Además, espero que participen los buenos contratistas, a los malos les digo que por favor no nos hagan ese daño y no se presenten. Al resto les digo que tengan confianza que este es un proyecto en el que el instituto está dando todas las garantías para que la obra se pueda terminar”.

¿Se arrepiente de no haber prorrogado el contrato anterior?

“No. No me arrepiento porque esa obra no la íbamos a terminar. El contratista anterior dijo que terminaría el proyecto en tres meses y ahora hablamos de 12 meses y parece no ser suficiente”.

Fuente: Diario El Colombiano

Imagen: Archivo El Colombiano