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TECNOLOGÍA: Facturación electrónica, la nueva cara de los negocios

Desde hace varios meses que todos hemos escuchado hablar de la llamada Facturación Electrónica y las regulaciones venideras que nos tocará enfrentar. Diferentes proveedores hemos certificado nuestras compañías y software ante la Dian, de modo de asegurar transparencia y brindar servicios de calidad a todas las empresas del país.

Sumados a otras compañías que se mantienen aún en proceso de certificación, es posible asegurar que seremos varios los proveedores tecnológicos para atender a cientos de miles de empresas de Colombia, que se certificarán los próximos meses.

Como proceso, hemos sido parte de un piloto durante el año 2016, el cual participaron también varios contribuyentes tanto para certificarse directamente como para trabajar en conjunto con futuros proveedores de estos servicios. Este modelo llevó varios meses de reuniones y desarrollo, los cuales no en vano hacen que tengamos en Colombia a varios contribuyentes ya emitiendo facturas electrónicas a sus clientes y a la Dian.

La importancia y éxito del proceso está directamente relacionada con tomarse también el debido tiempo para el reflexionar de las empresas en los cambios que tendrán interna y externamente con motivo de esta transformación, llegó la hora de replantearse lo que estamos haciendo y cómo.

Como empresa transnacional, en Paperless desde el 2002 hemos visto y vivido estos procesos en diferentes países de la región, como Brasil, Chile y Perú, donde hemos buscado ser agentes activos en esta importante etapa y hemos trabajado en conjunto con las entidades regulatorias, revisando desde la primera adopción de la regulación e impulsando el modelo para que sea más conveniente para los contribuyentes y las empresas tecnológicas. Y es que como dice el refrán, “Roma no se construyó en un día”. Debemos como empresas ayudar y colaborar a que los modelos se vayan perfeccionando de manera proactiva, aportando nuestras experiencias de años y de diferentes casuísticas según la operación de los contribuyentes.

Particularmente en Colombia, la facturación electrónica se enmarca en diferentes procesos que vive el país, donde esta arista viene a perfeccionar y entregar tecnología al modelo que existe hoy, según los estándares que la OCDE entrega, junto con mejorar cientos de procesos de negocio que tienen las empresas actualmente con dificultad de control, entre otros. Muchos sólo ven estas medidas o estándares OCDE como medidas que hay que asumir como un costo de la regulación, pero la experiencia regional dice que no debe por qué ser así…

Los casos ya vividos de otros países muestran que la adopción de estas tecnologías traen cuantificables beneficios a las compañías que ven la facturación electrónica más allá de un cambio regulatorio: como la automatización de procesos de control de la operación y ventas, de las compras y los gastos de la empresa. Lógicamente, esto no pasa de la noche a la mañana y estos cambios e innovaciones debemos vivirlas de manera seria, haciendo las evaluaciones correspondientes al corto, mediano y sobretodo al largo plazo. Estas evaluaciones deben tener componentes de diferentes características, tanto financieras, tecnológicas, de servicios considerados, propuestas de valor acorde al negocio de cada cual, experiencia y capacidades del software. Por ejemplo, vale la pena hacerse la pregunta de los tiempos que se ahorrarán por el procesamiento de datos de manera directa o el evitarse la digitación a la hora de “subir” la información a todos los sistemas donde se registran los datos en las empresas. También los tiempos en consolidación de datos, búsqueda de información, cierres de mes y tantos otros procesos que están cercanos a este mundo.

No es para nada grato ver cómo las empresas pasan 2 o 3 años y se dan cuenta de lo central o core del negocio que es la Facturación Electrónica. Pasar minutos u horas con sistemas caídos por una mala evaluación, atenta directamente contra el ingreso de una compañía y, a veces, es mucho más costosa esa caída que un proveedor que ofrece un alto estándar de servicio. La propuesta de valor de cada compañía debe estar cubierta con un servicio a la altura de esta y no podemos como proveedores fallar o atentar contra la operación de nuestro cliente.

Por lo anterior hago 3 llamados, uno a los proveedores y dos a los contribuyentes que deberán escoger durante los próximos meses un servicio a su altura. En primer lugar, a los proveedores, mi llamado es a hacernos cargo de la operación de los que serán nuestros clientes y asumir los estándares que un mercado competitivo como Colombia merece. Y a los contribuyentes, les aconsejo no dejar estos proyectos para última hora, sino verlo con tiempo para tomar la decisión con evaluaciones a la altura. Y además, a considerar que Colombia está aún, en muy buen camino, conociendo la importancia de la Facturación Electrónica, para lo cual debemos considerar las experiencias de nuestros países cercanos a la hora de evaluar; revisar sus aciertos y errores, para no tener que a los 2 o 3 años lamentar tiempo y recursos perdidos, sino al contrario: ser estratégicos y cerrar hoy el Business Case de largo plazo.

Por último, no me queda más que decir, que estas transformaciones le están dando una nueva cara a Colombia. Esperamos ayude a potenciar la inversión externa y a hacer más competitiva la economía, ya que hay varias empresa que están alistándose para entrar a este mercado con amplio potencial y muy competitivo. De nosotros depende el cambio y debemos asumirlo con responsabilidad y calidad.

Fuente: Portafolio

Imagen: Archivo Portafolio